La construcción es la responsable en Europa del 40% del consumo energético y del 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Disminuir la huella de carbono de las edificaciones es una necesidad para la que es necesario invertir en eficiencia energética.
En la construcción desde la implantación del certificado energético, se ha podido comprobar que la mayoría de las edificaciones obtienen una calificación muy baja (D,E,F y G). Esta clasificación supone que una vivienda calificada como A es un 90% más eficiente energéticamente, que otra cuyo certificado energético sea G.
La mejora de la calificación energética de las edificaciones pasa por, mejorar el aislamiento de paredes y techos, la instalación de ventanas que eliminen las filtraciones y la protección del sol de los inmuebles. Otras medidas a adoptar son la instalación de paneles solares y el uso de sistemas de calefacción de biomasa.
El cambio climático causará con mayor frecuencia inundaciones y sequías, además de la subida del nivel del mar, todos estos factores repercutirán en las edificaciones. El sector de la construcción tiene que aplicar medidas encaminadas a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que, fortalece los edificios contra los posibles impactos de los fenómenos climáticos.

El otro ámbito que debe abordar la construcción consiste en adoptar medidas que promuevan el ahorro energético, mediante el uso de energías verdes, la incorporación de la vegetación tanto en techos como en paredes, y una adecuada gestión de los residuos. Algunas de estas medidas ya se utilizan para edificaciones nuevas, el reto es conseguir que todos o al menos la mayoría de los edificios sean sostenibles, y con una huella de carbono lo más cercana a cero.
Las estrategias empleadas para conseguir edificios bioclimáticos serán diferentes en función de su situación
Foto por cortesía de SaAS
geográfica, no se emplearán las mismas estrategias en lugares en proceso de desertización, en los que se primará el uso eficiente del agua, se instalaran sistemas de recolección y tratamiento de aguas negras, que en zonas donde no exista este problema.
El Programa Global para la Eficiencia Energética en Edificios, tiene como objetivo conseguir que los edificios construidos y sobre todo, los que están por construir sean eficientes energéticamente hablando. Su preocupación radica en que, después del transporte la construcción es el segundo sector emisor de gases de efecto invernadero, por lo que, si no se toman medidas con el fin de reducir el consumo de energía de estos edificios la emisión de gases perjudiciales aumentará.
Una de las causas principales que ralentiza que se implementen de forma unánime medidas encaminadas a la eficiencia energética de las edificaciones es que no existe un marco institucional ni una regulación al respecto en la mayoría de los países en desarrollo.
En la actualidad el Instituto de Estudios Ambientales y Energéticos y la Embajada de Suiza apostaron claramente por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus edificaciones, más de 14.000 inmuebles han obtenido el certificado suizo MINERGIE.
MINERGIE es una organización privada sin ánimo de lucro de Suiza, que ha desarrollado su propio estándar para nuevas edificaciones y modificaciones relacionadas con el aislamiento, una cubierta estanca del edificio, y ventilación confortable. Los edificios que cumplen estas exigencias ahorran energía, aumentan su valor y la comodidad de sus habitantes.
En EEUU se está llevando a cabo una iniciativa similar a la de Suiza que consiste en otorgar etiquetas de Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental. La etiqueta MINERGIE valora la eficiencia energética, mientras que la etiqueta LEED certifica el diseño ecológico.