Drones, big data y semillas inteligentes
La reforestación es uno de los grandes retos, cada vez son más los ecosistemas destruidos para dar paso a la agricultura, la minería o por el fuego, o la tala, contribuyendo a que aumente la huella de carbono. Hasta ahora la velocidad a la que se destruyen zonas arbóreas es mucho mayor que la capacidad para replantar dichas áreas.
Pero, tenemos buenas noticias, son cada vez más las empresas que aúnan la tecnología y la ciencia para hacer posible la recuperación de ecosistemas completos en un tiempo récord y a costes más bajos.
En España empresas como CO2 Revolution, con la colaboración de LG, han desarrollado lo que llaman “semillas inteligentes”, son semillas germinadas que introducen en una capsula, que a su vez, está provista de los nutrientes necesarios para su desarrollo, previo estudio de la zona y características del ecosistema. Este proyecto lanza mediante drones las capsulas con las semillas, atendiendo a los algoritmos generados por un programa informático que analiza el patrón de plantación más adecuado para cada zona, consiguiendo un 80% de éxito.

Sin los árboles que absorban los gases de efecto invernadero el calentamiento global, aumentará la velocidad y severidad del cambio climático.
Junto con la velocidad de esta nueva tecnología hay que tener en cuenta además que los drones pueden acceder a zonas inaccesibles para la maquinaria convencional.
Un aspecto que preocupa a los expertos es que, con la replantación mediante drones, los países pierdan interés en la lucha contra las causas de la desforestación.
Eso sin contar con los miles de puestos de trabajo que se perderían. CO2 Revolution, a modo de ejemplo, tiene la capacidad de plantar 100.000 semillas en un día.
CO2 Revolution ha llevado a cabo proyectos como la reforestación Parque Natural del Alto Tajo donde se plantaron 1.500.000 de árboles propios de la zona.
Otras empresas como BioCarbon Engineering, en Reino Unido, usan tecnología muy similar y ya han abordado proyectos en Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanza, llegando a plantar 5.000 árboles en un día.
Las posibilidades son innumerables, otra compañía con un procedimiento parecido está restaurando los manglares en Myanmar, que son uno de los hábitats que recoge carbono 100 veces más deprisa que los bosques y las selvas.