Elementos importantes en la absorción de CO2 de la atmósfera
Las selvas tropicales y los bosques son los ecosistemas más importantes de la Tierra. Entre los más extensos destacan la selva tropical Amazónica, la Taiga en Rusia, el bosque boreal de Canadá y el Río Congo en África. Un artículo de Greenpeace expone las causas que han propiciado los últimos incendios en el Amazonas.
Estas grandes extensiones arbóreas se componen de diferentes especies y se encuentran situadas en distintas zonas del planeta. Comparten tanto aspectos positivos como su contribución a reducir la contaminación por dióxido de carbono en la atmósfera, como sus amenazas; la desforestación, la explotación incontrolada y los incendios.
Las zonas boscosas también son un elemento esencial para abordar los efectos del cambio climático. Un tercio del CO 2 liberado por la quema de combustibles fósiles, es absorbido por los bosques cada año. Por lo tanto, aumentar y mantener los bosques es una solución esencial para el cambio climático.
Las selvas tropicales evitan la erosión del suelo y albergan casi el 80% de la biodiversidad terrestre de especies vegetales y animales. Ayudan a regular el clima y la temperatura gracias a la importante cantidad de agua que liberan a la atmósfera por la evapotranspiración. Que consiste en liberar a la atmósfera parte del agua que absorben, contribuyendo al aumento de la humedad y al enfriamiento del planeta.
En la actualidad numerosos factores están poniendo en peligro la supervivencia de bosques y selvas: el crecimiento de población, los incendios forestales, la extracción de recursos energéticos y minerales junto con la contaminación, están poniendo en peligro la supervivencia de los bosques y de las múltiples especies que dependen de ellos, incluidos los seres humanos. Son una fuente de recursos para distintos sectores industriales, como ejemplo, dos tercios de las medicinas que combaten el cáncer se extraen de plantas procedentes de los bosques tropicales.
En más de 20 países se están desarrollando medidas que gestionan los bosques de forma sostenible haciendo compatible la agricultura, la ganadería, la producción de papel y la pesca sin necesidad de eliminar los bosques.
La detención de la pérdida de masa arbórea es vital para la estabilidad del clima, la protección de la biodiversidad y mantener bajo control el ciclo del carbono. Por ello se hace imprescindible mantener los bosques existentes intactos, reforestar las zonas que han sido dañadas y gestionar de manera sostenible sus recursos.
La naturaleza, y en particular los bosques y selvas, deben ser parte de la solución para mantener el clima, sin superar los dos grados de aumento de la temperatura, límite aceptado a nivel mundial.